Además por aquí os dejamos todos los textos de los autores para que podáis leerlos también.
La libertad de los condicionales
Si alguna vez el miedo inevitable,
te cerrara los ojos,
procura cultivar en tu conciencia
algo digno de verse.
Si alguna vez la noche te persigue,
a lo largo del día,
piensa que cada sombra es un comienzo
y amanecer tan sólo una costumbre.
Si aprendes a vivir en las palabras,
llamarás a la puerta
de lo que ha sido tuyo en el silencio:
un todavía, un no, el humo blanco.
Si la desesperanza es lluvia y es ciudad,
prefiero caminar a ser ventana.
Bajo un paraguas busco
la libertad de los condicionales.
Luis García Montero
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Un país enfermo
¿Qué fueron de aquellos,
los mejores años de nuestra vida?
La melancolía es la pérdida de la
capacidad de amar.
Consuelo nombrando lo inconsolable.
Siempre hemos llorado sobre las antiguas ruinas,
y ahora ya sobre las nuestras propias. Esperanza,
siempre la esperanza engullendo nuestra desesperación.
Nuestros grandes debates teóricos, ahora
se consumen en la domesticidad.
Y los culpables del mal somos nosotros mismos
que hemos aullado para asustar a los ángeles pacientes.
¡Corramos! El viejo mundo se derrumba como las
fachadas en las películas mudas de Keaton.
¡Corramos sin a dónde! Incluso fuimos más ingenuos
que el Eclesiastés. ¡Ojalá pudiéramos purificarnos
con incienso!¡Querer volver a ser libres! ¡Querer volver
a ser uno mismo! Enfermamos porque somos
un pueblo que es un tormento para sí mismo.
¡Qué infortunio nuestro inconformismo!
Y ahora el Destino viene a hacerse un selfie
con nosotros. «¡Sonreid!», nos grita, pero aún nos
quedan más odios y ofensas que descargar.
¡Querer ser libres cuando lo éramos!
¡Querer ser felices cuando lo éramos!
Non é lo steso moriré che
parlare della morte.
¿Por qué inventamos desdichas mayores
que nuestras fortunas?
¿Qué fueron de aquellos,
los mejores años de nuestra vida?
César Antonio Molina
Poema escrito para este día y en
las circunstancias que estamos viviendo
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Haikus
La primavera aquí,
epidemia del árbol.
Primeros brotes
…..
Los mendigos aún,
vacunados de todo,
estirando sus manos
….
Azules de Murillo.
Ahora entiendo la peste
de tu luz
….
Se cruzan en la acera
tapándose la boca.
Nadie miente
….
Los pulmones,
alas rotas del pecho,
se detienen de pronto
. Fernando Beltrán
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Monólogo ante el mar
¿Más allá de la terraza, el mar parece una reproducción del mar
en la página publicitaria de una agencia turística.
Es tan inmenso que ni siquiera tiene horizonte,
tan azul que ni siquiera resulta real,
está tan en calma que parece una imagen manipulada
por algún programa informático.
Lo veo desde esta cafetería donde te estoy esperando.
En el sitio de siempre.
Con el corazón demasiado oscuro y demasiado miserable.
Desde que te has ido, soy un ser a la deriva.
Converso contigo como una forma de conversar con mis fantasmas.
He descubierto dentro de mí otros hombres que nunca pensé tener,
otras dimensiones mías que me resultan ajenas.
He descubierto mi confusión.
El tiempo se deshace como dos cubos de hielo
en ese vaso de whisky del que nunca beberás.
El mundo es este cliente extranjero con una camisa
de flores al que ya nunca vas a poder oír.
Te esperamos todos en esta cafetería, en nuestra casa,
en los senderos que nos ha gustado pasear contigo.
Esperamos que hagas caer la costra de tus heridas,
que abandones el sudario sobre el polvo, que enciendas
tus cenizas y salgas a los focos del amanecer.
Por algún sitio vuelves pero es un sitio que ignoramos.
Demasiado débil tal vez, tan perdido como nosotros.
Tu cuerpo anda por el asfalto de la nada hasta aparecer en la lejanía.
Tu corazón camina por la memoria de nuestro corazón.
Tal vez solo seas eso: imágenes, sentimientos, sueños, un duelo interminable.
Con las manos vacías te hacemos vivir.
La naturaleza, tan cruel contigo, no debe ya parecerte estéril.
Te espero en esta cita frente a la playa, frente a los veranos.
El sol empieza a levantarse, es hora de resucitar.
Diego Doncel
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Corona de amor
A todos aquellos…
Todavía te veo
acercándote a mi puerta
con tu mano mágica
pulcra y enguantada…
¿Qué me dejas
a un metro del umbral?
Garbanzos, zanahorias,
arroz…
Tu sonrisa escapa
a la máscara,
es más luminosa
que el arco iris.
Luego me llamas:
-Hay que hacerlo así- dices-;
Si necesitas más,
mañana más.
Clara Janés
17 de marzo de 2020
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Mamas & Papas
Madres y padres atónitos y asustados delante de una ecografía. Madres y padres que midieron los metros cuadrados de la casa, que se mudaron a una más grande, hicieron obra y pintaron de azul el dormitorio. El mejor, el orientado al este. Madres y padres que sudaron cargando el maletero con el carro, el maxicosi, la minicuna, el esterilizador de biberones. Que compraron toallitas de culo en Prenatal, toallitas de jabón neutro con Aloe Vera, a cuatro euros el paquete de cien. Que contrataron detectives para obtener plaza en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, que amenazaron al director con ir a la prensa y a los tribunales. Que escucharon con pavor que su hijo estaba cuatro puntos por debajo del percentil. Madres que cambiaron tacón por zapato plano, padres que guardaron en el trastero sus comics y sus revistas pornográficas. Que engordaron y envejecieron y se volvieron repugnantes para sí mismos, mientras su hijo crecía fuerte, limpio y brillante como una mañana de verano. Inglés, baloncesto, equitación, toda clase de artefactos electrónicos que él destrozaba, perdía o simplemente abandonaba en el fondo de las estanterías. Detrás de una colección de libros infantiles que nunca leerá, que donarán a Cáritas para otros niños que tampoco leerán. Madres y padres que confiaron ciega e inútilmente en el control parental de internet, que sufren los rigores de la moda juvenil, los pantalones estrechos, las camisetas, los tatuajes en el hombro, la nuca y el pubis. Que reiniciaron su actividad deportiva, ya sin ganas, con las rodillas rotas, la espalda doblada, que siguen con amarga obediencia los gritos del entrenador personal. Que duermen mal por las noches, que se levantan de madrugada y miran a su hijo dormir como un bebé, un tipo cuyos pies sobresalen ya de la cama. Madres y padres que hablan a las seis de la mañana de lo mismo que hablaron, treinta años antes, sus padres y sus madres. Que tampoco duermen a esta hora, pensando en ellos.
. Pablo García Casado
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Tras la geometría de una puerta
se construye la muralla de la trinchera,
como ese renglón que indica
dónde empieza la siguiente historia.
El tiempo se multiplica en las horas vacías,
la vida cambia en la exactitud del momento.
Hoy alguien aprendió a ser,
además de padres,
malabaristas
y se dibujan imposibles del imaginario
en el hogar donde ayer solo éramos nómadas.
La tierra seca no se riega con luz y lágrima
sino con la caricia del aplauso
y por eso las ventanas perfuman primaveras.
Algunos besos se ponen a prueba
bajo la lumbre constante de un mismo techo,
las rutinas ya no suavizan el roce de los cuerpos
que ahora demuestran ser seda o cerilla.
No sabemos nada del tacto
si pensamos que un abrazo
es cuestión de piel.
La soledad entiende de los ecos del silencio,
la edad es la circunferencia de la vida
que siempre vuelve
al origen
por eso hoy mis manos también serán las tuyas.
En la noche silenciada
alguien empieza a cantar
y al asomarme al balcón
sé que esas voces
algún día
volverán también a ser flores.
Loreto Sesma